Entre Musas
El culto a las musas era originalmente de Tracia y Beocia, y fueron de vital importancia para el desarrollo artístico en la Antigua Grecia. Los poetas eran sinceros en su invocación a las Musas y realmente se creían inspirados por ellas.
Hijas de Zeus y de la títánide Mnemósine, también llamada Mnenmosina (Memoria, de la estirpe de los Titanes); fueron engendradas en nueve noches seguidas, siendo nietas de los dioses Urano y Gea. Las musas eran consideradas diosas de las artes, de la poesía y de la música, y vivían en el monte Helicón.
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Compañeras del séquito de Apolo, dios olímpico de la música y patrón de las bellas artes, quien tuvo romances con cada una de ellas, dejando descendientes. Bajaban a la tierra a susurrar ideas e inspirar a aquellos mortales que las invocaran. En la época más arcaica eran las ninfas inspiradoras de las fuentes, en las cuales eran adoradas.
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Según Hesíodo, el primero en nombrarlas, las musas son nueve: Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore y Urania.
Mnemósine y Zeus engendrando a las musas